La intervención educativa con
menores en las calles españolas ya es una
realidad que cuenta con cuatro décadas, aunque sea poco conocida
socialmente. En la geografía española está actuación remonta su
historia al año 68, cuando un grupo de educadores del Movimiento Pioneros, inició una experiencia en un barrio marginal
de la ciudad de Logroño con el objeto de intervenir con menores en dificultades
desde una concepción diferente de la pedagogía: la cercanía, el diálogo y el
acompañamiento.
La intervención en medio abierto, que así se denomina a
este tipo de intervención educativa contextualizada en la calle, se desarrolla
principalmente en barrios periféricos y deprimidos de las pequeñas o grandes ciudades.
La intervención con estos menores se
orienta a descubrirles sus propios recursos personales, que a veces permenecen
ocultos a sus ojos, ayudándoles a desarrollar aquellas habilidades sociales de
las que carecen y que les van a permitir desenvolverse en un entorno
normalizado.
Socialmente es una tarea para dar
a conocer la situación de estos menores haciendo posible su acercamiento a los recursos.
Muchas experiencias de este estilo
por toda España ratifican su conveniencia: Agintzari, Coordinadora Asturiana
para el Seguimiento de Menores y Jóvenes, la Kalle, IRES, Pioneros, ICAMI,
ASETIL,...
La Administración no
está dando a esta actuación preventiva la atención que se merece, cuando son
muchas las personas e instituciones que la vienen reclamando, cuando no los
propios afectados. La crisis económica, de democracia, de bienestar, de país... no es favorable para que los Servicios Sociales disponga de medios ni ganas. Con un cuarto de la población en estado de pobreza no podemos augurar un buen futuro para muchos menores desfavorecidos.
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