El modelo de pensamiento prosocial desarrollado por Ross
et al (1993) es un conjunto de técnicas que enfatizan el análisis
autorracional, el autocontrol, el razonamiento medio-fines y el pensamiento
crítico. Este conglomerado de técnicas es una recopilación de la revisión
realizada por los autores sobre los programas que han demostrado efectividad en
los cambios comportamentales de sujetos disóciales.
El propósito de las técnicas es fomentar el desarrollo
cognitivo de los sujetos y entrenarlos en habilidades específicas para
enfrentar situaciones. Las siete técnicas son las siguientes:
- Solución de problemas: el objetivo, a través de 10
unidades, es enseñar habilidades cognitivas y conductuales que posibiliten al
sujeto desarrollar una aproximación general a los problemas, conocer cuando
existe un problema, considerar las posibles alternativas, predecir las
consecuencias y tomar decisiones.
- Habilidades sociales: pretende conseguir habilidades
para interactuar en las situaciones sociales, consiguiendo ser aceptado y
recompensado en vez de recibir rechazos o castigos.
Siguiendo el esquema de Aprendizaje Estructurado, el
entrenamiento tiene estas fases:
- Preentrenamiento.
- Modelado.
- Role-playing.
- Retroalimentación y generalización práctica.
Los grupos de habilidades que se entrenan son:
- Habilidades básicas de conversación: escuchar, iniciar,
mantener y finalizar una conversación.
- Habilidades de autoexpresión: cumplidos, afecto, ánimo,
expresión, de queja, persuadir a los demás, etc).
- Habilidades para responder a otros: ante una queja, a un
cumplido, a los sentimientos de los demás, a mensajes contradictorios, pedir
perdón...).
- Habilidades de planificación: establecer metas, reunir
información, establecer prioridades y toma de decisiones.
- Alternativas a la agresión: relajación, autocontrol,
negación, asertividad, etc.
- Control emocional: hay básicamente tres objetivos en el
adiestramiento en el autocontrol emocional:
1. Reconocer las señales que avisan de la aparición de los
sentimientos de ira y cólera en determinados conflictos interpersonales.
2. Poner en práctica las habilidades cognitivas para
mantener o reducir el nivel de activación en un punto inadecuado.
3. Reconocer las señales psicológicas y fisiológicas de la
activación emocional. Esta percepción implica un cierto control y la
consiguiente puesta en marcha de mecanismos para afrontarlos.
- Razonamiento crítico: se practican habilidades y
estrategias de pensamiento, lógicas y racionales, para evaluar sus cogniciones,
actitudes y conductas, así como la de los demás.
- Desarrollo de valores: el objetivos básico es el
desarrollo de la toma de perspectiva social, es decir, la preocupación por los
sentimientos de los demás. El proceso seguido en esta técnica parte de la
presentación al grupo de un dilema moral, ante el cual cada uno de lo s
participantes debe tener una postura y razonar la acción. Se discute a
continuación en pequeños grupos las razones existentes a favor y en contra de
las propuestas de actuación y se anima a la reflexión personal sobre las
posturas adoptadas.
- Habilidades de negociación: este tipo de habilidades son
de especial importancia ya que cuando su déficit es acusado al enfrentar un
problema interpersonal las reacciones más frecuentes son una conducta de huida
o de abuso. Ambos son ineficaces y en la negociación se entrenan los siguientes
pasos:
1. Establecer nuestra opción de meta.
2. Preguntar por el interés y la posición del otro.
3. Analizar las diferencias entre ambas posiciones.
4. Sugerir opciones para el acuerdo.
- Pensamiento creativo: basadas en las estrategias
desarrolladas por De Bono para enseñar lo que él denomina pensamiento lateral o
creativo que posibilita la generación de nuevas ideas, en contraste con el
pensamiento convencional o lineal que tiende a inhibirlos. Entre otras se
adiestran habilidades de elaboración de reglas, establecimiento de metas,
planificación, jerarquizar prioridades y toma de decisiones.