Las técnicas conductuales son apropiadas cuando la persona no tiene una o varias habilidades sociales en su repertorio. Las técnicas cognitivas no inciden directamente sobre la conducta o habilidad sino en los procesos cognitivos y emocionales que subyacen en la misma. Si se modifican los procesos cognitivos y emocionales erróneos, el sujeto podrá desplegar sus habilidades sociales sin problemas. En el entrenamiento se utilizan distintas técnicas:
· Reestructuración cognitiva: Consiste en un conjunto de estrategias que ayudan al sujeto a percibir e interpretar el mundo que le rodea de una manera más adaptada. Se intenta que el sujeto sea consciente de los errores y distorsiones cognitivas que comete (personalización, victimización, magnificar detalles irrelevantes, etc.) para controlar sus autoverbalizaciones y pensamientos negativos.
· Instrucciones: Información que se da a la persona al comienzo y durante las sesiones. El objetivo es proporcionar una base y explicación racionada sobre los ejercicios y ensayos con el fin de que la persona esté al corriente de lo que se va a llevar a cabo (por ejemplo: «Vamos a trabajar sobre la conducta inicial y mantenimiento una conversación»). Las instrucciones durante la sesión consisten en ofrecer información específica sobre lo que constituye una respuesta apropiada (por ejemplo: «Quiero que practiques la mirada a la cara del otro cuando hables con él), y ofrecer información detallada sobre la naturaleza y el grado de discrepancia entre su ejecución y el criterio adecuado (por ejemplo: Bajar la mirada continuamente al hablar con el otro denota timidez y sumisión, la respuesta adecuada es mirar a la cara y concretamente a la parte superior, contacto ocular que denota seguridad y dominio de la situación).
· Entrenamiento en resolución de problemas interpersonales: Cuando las dificultades del sujeto son de carácter perceptivo-cognitivo es aconsejable que el sujeto participe en algún programa de entrenamiento enfocado a potenciar habilidades cognitivas como: Pensamiento alternativo para elaborar soluciones ante problemas, pensamiento causal para establecer una relación causa-efecto entre la conducta y sus efectos, pensamiento consencuencial o capacidad para evaluar las soluciones planteadas en función de sus efectos positivos y negativos, pensamiento medio-fines o capacidad para planificar los pasos necesarios para lograr una meta interpersonal...
· Modelado: Aprendizaje por medio de la imitación de un modelo tras su observación. Se trata de exponer al sujeto, en un primer momento, a modelos que muestran correctamente la habilidad o conducta objetivo de entrenamiento. El objetivo es aprender modos de actuación adecuadas a través de la observación del modelo. Se presenta en vivo o en video. Permite captar cuáles son los componentes no verbales y paralingüísticos de una conducta. Facilita el mostrar y no sólo la explicación de la conducta.
· Reestructuración cognitiva: Consiste en un conjunto de estrategias que ayudan al sujeto a percibir e interpretar el mundo que le rodea de una manera más adaptada. Se intenta que el sujeto sea consciente de los errores y distorsiones cognitivas que comete (personalización, victimización, magnificar detalles irrelevantes, etc.) para controlar sus autoverbalizaciones y pensamientos negativos.
· Instrucciones: Información que se da a la persona al comienzo y durante las sesiones. El objetivo es proporcionar una base y explicación racionada sobre los ejercicios y ensayos con el fin de que la persona esté al corriente de lo que se va a llevar a cabo (por ejemplo: «Vamos a trabajar sobre la conducta inicial y mantenimiento una conversación»). Las instrucciones durante la sesión consisten en ofrecer información específica sobre lo que constituye una respuesta apropiada (por ejemplo: «Quiero que practiques la mirada a la cara del otro cuando hables con él), y ofrecer información detallada sobre la naturaleza y el grado de discrepancia entre su ejecución y el criterio adecuado (por ejemplo: Bajar la mirada continuamente al hablar con el otro denota timidez y sumisión, la respuesta adecuada es mirar a la cara y concretamente a la parte superior, contacto ocular que denota seguridad y dominio de la situación).
· Entrenamiento en resolución de problemas interpersonales: Cuando las dificultades del sujeto son de carácter perceptivo-cognitivo es aconsejable que el sujeto participe en algún programa de entrenamiento enfocado a potenciar habilidades cognitivas como: Pensamiento alternativo para elaborar soluciones ante problemas, pensamiento causal para establecer una relación causa-efecto entre la conducta y sus efectos, pensamiento consencuencial o capacidad para evaluar las soluciones planteadas en función de sus efectos positivos y negativos, pensamiento medio-fines o capacidad para planificar los pasos necesarios para lograr una meta interpersonal...
· Modelado: Aprendizaje por medio de la imitación de un modelo tras su observación. Se trata de exponer al sujeto, en un primer momento, a modelos que muestran correctamente la habilidad o conducta objetivo de entrenamiento. El objetivo es aprender modos de actuación adecuadas a través de la observación del modelo. Se presenta en vivo o en video. Permite captar cuáles son los componentes no verbales y paralingüísticos de una conducta. Facilita el mostrar y no sólo la explicación de la conducta.
· Role Playing (ensayo de conducta, representación de papeles): Consiste en la representación de conductas en la que se pide a la persona que se comporte de una manera determinada. Para incorporar realmente las habilidades entrenadas a su repertorio y ponerlas en práctica en situaciones naturales, puede inicialmente ensayarlas en situaciones simuladas. En realidad, el educando ensaya la habilidad o conducta en un contexto simulado, más controlado y estructurado que le permite adquirir confianza y seguridad sin ningún riesgo de fracaso. El objetivo es aprender a modificar modos de respuesta no adoptadas sustituyéndolas por otras respuestas más adecuadas. En el ensayo el paciente representa escenas cortas similares a las de la vida real que le crean dificultad. Previamente se le pide que describa brevemente el desarrollo de una situación-problema real, a través de preguntas: Qué, quiénes, dónde, cuándo, cómo...
· Retroalimentación: La retroalimentación es la información específica que se proporciona al sujeto para el desarrollo y mejora de una habilidad puesta en práctica. Puede ser dada por el terapeuta o por otros miembros del grupo y siempre se ha de hacer de forma positiva. La retroalimentación puede ser correctora (cuando se modifica alguno de los componentes de la conducta puesta en marcha por el paciente), o puede ser constructiva (cuando se añade algún componente a la conducta puesta en marcha por el paciente). Da información a la persona sobre su actuación inmediatamente después de la representación. El objetivo es moldear la conducta recompensando las aproximaciones sucesivas a la conducta adecuada y aumentar la probabilidad de que se realice una determinada conducta adecuada. Junto al Feedback se ofrece reforzamiento positivo.
· Refuerzo: Para la estabilidad y mantenimiento de las habilidades sociales que está poniendo en práctica o aprendiendo es fundamental reforzarlas adecuadamente. Podemos hablar de tres tipos de refuerzo, el refuerzo material, el refuerzo social y el autorrefuerzo. Cada uno de ellos debe aplicarse adecuadamente en el momento oportuno. De ello depende su efectividad. Por ejemplo, los refuerzos materiales (premios, dinero, comida, etc.) nos permiten reforzar una conducta con una eficacia inmediata pero se trata de un efecto a corto plazo, ya que pierden su poder reforzante al cabo de un tiempo. Por ello, es apropiado introducir refuerzos sociales ya que son más fácilmente aplicables y además pueden ser dispensados por diferentes personas y en diferentes contextos. Sin embargo, es importante que la persona aprenda a autorreforzarse, esto es, a ser él mismo quien se aplique refuerzos de manera que se ajuste a la realización adecuada de diversas habilidades. El autorrefuerzo favorece la autonomía, la generalización de las conductas y su estabilidad, ya que no depende de los refuerzos proporcionados por los demás. Para que un refuerzo sea realmente eficaz debe ser aplicado de manera claramente relacionada con la conducta-objetivo. Es decir, debe aparecer inmediatamente después y el educando debe saber con claridad qué habilidad o conducta le ha permitido obtener el refuerzo. Asimismo, debemos considerar cuándo y cuánto refuerzo vamos a aplicar. Por ejemplo, en las primeras fases del entrenamiento de una nueva habilidad o conducta, es eficaz aplicar refuerzos con más frecuencia. Posteriormente, podemos reforzar de manera intermitente, ya que está demostrado que este tipo es más eficaz para el mantenimiento de la conducta o habilidad.
· Tareas para casa: Realización de ensayos de conducta que la persona ha de poner en práctica en la vida real en el intervalo de tiempo que transcurre entre una sesión y la siguiente. El objetivo es generalizar los logros a la vida diaria. Cada sesión comienza y termina con una discusión sobre las tareas para casa. Al comienzo para resaltar los éxitos alcanzados y al final para especificar las tareas a realizar en función de los objetivos conseguidos.
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