COMPORTAMIENTOS ANTISOCIALES EN LA ESCUELA
En distintos medios de comunicación están apareciendo muy a menudo distintos problemas que están existiendo en nuestras escuelas. Los episodios de violencia en los centros educativos atraen a la atención publica lo que provocan una «alarma social».
La violencia en los medios escolares es un problema mundial. Afecta tanto al Norte como al Sur. En cuanto a sus causas, los investigadores están al menos seguros de una cosa: no hay un factor único, sino modelos complejos ligados, por ejemplo, a la situación familiar, a las condiciones socioeconómicas y al estilo pedagógico de los establecimientos. Pero la investigación sólo indica las tendencias. No construye ningún determinismo.
¿DE QUÉ ESTAMOS HABLANDO CON «VIOLENCIA ESCOLAR»?:
Habría que distinguir distintas categorías ya que no es lo mismo un insulto u otra falta más o menos leve de disciplina que un episodio de vandalismo o de agresión física. No obstante, existe una clara tendencia en la opinión pública y tal vez entre muchos profesores a simplificar en manifestaciones distintas de un mismo sustrato violento que caracterizaría a los niños y jóvenes de hoy.
Juan Manuel Moreno Olmedilla realizó un trabajo distinguiendo categorías de comportamiento antisocial:
- Disrupción en las aulas: Se tratarían delas situaciones de aula en que tres o cuatro alumnos impiden con su comportamiento el desarrollo normal de la clase interfiriendo en el aprendizaje de los demás. Constituye la fuente de malestar más importante de los docentes ya que obliga al profesorado a emplear más tiempo en controlar la disciplina y el orde.
- Problemas de disciplina (conflictos entre profesorado y alumnado): Se trata de conductas que implican una mayor o menor dosis de violencia como la resistencia, el desafío, el insulto, al profesorado... que pueden desestabilizar por la vida cotidiana en el aula.
- Maltrato entre compañeros (bullying): El término «bullying» se emplea, en la literatura especializada para denominar los procesos de intimidación y victimización entre iguales, entre alumnos compañeros de aula o de centro escolar (Ortega y Mora-Merchán, 1997). Se trataría de situaciones en los que uno o más alumnos acosan e intimidan a otro, a través de insultos, rumores, aislamiento social, motes... Si bien no incluyen la violencia física, este maltrato intimidatorio puede tener lugar a lo largo de meses e incluso años, siendo sus consecuencias ciertamente devastadoras, sobre todo para la víctima.
- Vandalismo y daños materiales y violencia física (agresiones, extorsiones): El vandalismo y la agresión física son fenómenos de violencia ya sea contra las cosas o contra las personas. Son los que más impacto tienen sobre las comunidades escolares y sobre la opinión pública..
- Acoso sexual: El acoso sexual, al igual que el bullying, es un fenómeno oculto de comportamiento antisocial.
Habría que apuntar dos fenómenos típicamente escolares que también podrían categorizarse como comportamientos antisociales:
- El absentismo, que da lugar a importantes problemas de convivencia en muchos centros escolares.
- El fraude en educación: se refiere, a prácticas ilegales (Moreno, 1992, pp. 198 y ss.) como copiar en los exámenes, plagio de trabajos y de otras tareas, recomendaciones y tráfico de influencias para modificar las calificaciones de los alumnos, y una larga lista de irregularidades que, para una buena parte del alumnado...
¿QUÉ SABEMOS SOBRE ESTOS FENÓMENOS EN LOS CENTROS ESCOLARES?:
En los centros se dan muchos conflictos, y de muchos tipos, y no tanta violencia como los medios de comunicación y la opinión pública podrían estar dando a entender. Moreno Ortega establece la siguiente jerarquía en cuanto a las preocupaciones que generan los comportamientos antisociales:
- En los profesores preocupa y les afecta especialmente la disrupción.
- En los padres: la indisciplina.
- En la Administración educativa y a la opinión pública les afectan mucho los episodios de violencia física (sobre todo de alumno a profesor) y el vandalismo.
- En los alumnos están más preocupados por los fenómenos invisibles de bullying, extorsión y acoso sexual.
Aunque poco se sabe sobre estos distintos fenómenos agrupados bajo la denominación de comportamientos antisociales. Los estudios llevados a cabo hasta ahora en nuestro país no nos permiten generalizar sí podríamos poner de manifiesto al menos tres conclusiones importantes:
Los fenómenos de comportamientos antisocial en las escuelas tienen raíces muy profundas en la comunidad social a la que el centro educativo pertenece. Los episodios de violencia no deben considerarse simplemente como eventos aislados que ocurren espontáneamente.
Las distintas manifestaciones de comportamiento antisocial en las escuelas ocurren con más frecuencia de lo que usualmente se piensa ya que la relación entre los agresores y las víctimas es necesariamente larga en el tiempo y muy estrecha en el espacio (conviven en el centro durante años y muchas horas al día
Desde un punto de vista teórico (Ortega, 1995, 1996 y 1997), las variables que influyen sobre el comportamiento antisocial en las escuelas deben buscarse en tres dimensiones diferentes:
- Evolutiva: el proceso de desarrollo sociomoral y emocional en relación con el tipo de relaciones que los estudiantes establecen con sus iguale.
- Psicosocial, que implica las relaciones interpersonales, la dinámica socioafectiva de las comunidades y los grupos dentro de los que viven los alumnos, las complejidades propias del proceso de socialización de los niños y los jóvenes.
- La dimensión educativa como la configuración de los escenarios y las actividades en que tienen lugar las relaciones entre iguales, el efecto que sobre dichas relaciones tienen los distintos estilos de enseñanza, los modelos de disciplina escolar, los sistemas de comunicación en el centro y en el aula, el uso del poder y el clima socioafectivo en que se desarrolla la vida escolar.
El comportamiento antisocial en los centros puede estar muy determinado por variables sociales y familiares ajenas a la escuela. Existen procesos relevantes para intentar explicar el comportamiento antisocial en los centros educativos. Todos ellos están bien documentados y disponen de un conjunto de evidencias empíricas. Sin embargo, todavía no existen estudios españoles acerca de cómo influyen, se relacionan o hasta causan la violencia escolar.
Se trataría de los siguientes:
- La violencia estructural derivada de la organización social. La violencia escolar sería consecuencia de la participación de los estudiantes en procesos que filtran esa violencia presente en nuestra sociedad.
- La violencia de los medios de comunicación social a la que los alumnos están expuestos durante muchas horas diarias. Funk (1997) ha estudiado la relación entre el consumo de películas de acción y terror por parte de los estudiantes y la violencia en las escuelas, encontrando, una relación positiva entre ambos.
- Los modelos violentos que los estudiantes ven y aprenden en su propia familia y en su entorno sociocomunitario. Aquí habría que incluir de forma explícita la influencia del grupo de iguales.
- La violencia que los alumnos sufren dentro de su familia y en su entorno.
- Los centros educativos se han mantenido casi siempre al margen de las dimensiones no académicas de la educación como el desarrollo moral, la integración social... Al olvidar los procesos interpersonales implícitos en la convivencia diaria, se encuentran ahora con graves dificultades para dar una respuesta educativa ante el comportamiento antisocial o a los problemas de convivencia en general.
- Los centros estarían reproduciendo el sistema de normas y valores de la comunidad en la que están insertos y de la sociedad en general.
En conclusión, la investigación parece distinguir entre tres tipos de conjuntos de variables para explicar el comportamiento antisocial en los centros escolares:
- Variables individuales relacionadas con la personalidad, el sexo y las percepciones y expectativas del alumno.
- Variables del centro y del aula: internas a la institución y relacionadas con los fenómenos violentos más específicos de la escuela.
- Variables sociales o ambientales como la influencia de la familia, el grupo de iguales, la comunidad inmediata, los medios de comunicación y la sociedad en general.
- También existen variables internas al propio centro educativo que parecen estar relacionadas con la mayor o menor ocurrencia o aparición de fenómenos de comportamiento antisocial.
Considerando los resultados de investigaciones empíricas realizadas en otros países (Mooij, 1997; Funk, 1997), se podría afirmar que existe una relación entre el currículo escolar, los métodos de enseñanza, los sistemas de evaluación del rendimiento del alumnado, y el agrupamiento de los alumnos o la mayor o menor probabilidad de ocurrencia de fenómenos de comportamiento antisocial en un aula y en un centro.
Por ejemplo, Mooij (1997) encuentra el tiempo que el profesor dedica en el aula a procesos de grupo y relaciones interpersonales está relacionada con la disminución de los comportamientos disruptivos y de maltrato entre iguales
LA RESPUESTA EDUCATIVA:
La atención a la diversidad, el aprendizaje de la convivencia, la educación en actitudes y valores, se muestran como prioridades para la educación institucionalizada. El carácter no estrictamente académico de dichas prioridades choca con ciertos profesionales dentro de la actividad docente, y con ciertas posiciones ideológicas en política educativa y curricular; y esto es así sobre todo en el ámbito de la educación secundaria, el tramo del sistema educativo donde siempre se concentran los grandes debates de fondo sobre la educación. El riesgo de fragmentación social y cultural, y de deterioro de la escuela hacen aún más urgente la toma de conciencia de los docentes acerca de estos problemas.
Se podría diferenciar entre dos grandes tipos de respuesta educativa ante el comportamiento antisocial en las escuelas:
- Un respuesta global a los problemas de comportamiento antisocial que se podría considerar como prevención primaria (Moreno y Torrego, 1996).
Se trataría de una respuesta global porque toma como punto de partida la necesidad de que la convivencia se convierta y se aborde como una cuestión del propio centro: aprender a convivir, desarrollar relaciones interpersonales, colaboración, hábitos adecuados... El centro escolar debe analizar e incluir las cuestiones relacionadas con la convivencia y sus dificultades, en el contexto del currículo escolar, de las decisiones sobre él, de la estructura organizativa del centro...
Los conflictos de convivencia y los retos de la vida cotidiana dentro de la institución, afectarían a todas las personas de la comunidad escolar, no sólo a los directamente involucrados, por lo que todos tendrían una participación activa en la prevención y tratamiento.
- Una respuesta más especifica: Elaboración de programas específicos destinados solucionar aspectos determinados del problema de comportamiento antisocial o manifestaciones concretas. Se trataría de prevención secundaria y terciaria (Trianes y Muñoz, 1997; Díaz-Aguado, 1992; Díaz-Aguado y Royo, 1995; Gargallo y García, 1996; Pérez, 1996).
En España ya se han aplicado muchos de estos programas citaremos alguno:
- Programa de Desarrollo Social y Afectivo en el aula
(Trianes, 1995; Trianes y Muñoz, 1994, 1997).
Sus objetivos son: la construcción de un estilo de pensamiento para la resolución no agresiva de problemas, una perspectiva moral, la práctica y el aprendizaje de la negociación, la respuesta asertiva y la prosocialidad (apoyo y cooperación) en distintas situaciones posibles, el desarrollo de la tolerancia hacia las diferencias personales y la responsabilidad social, el aprendizaje de procedimientos democráticos de confrontación verbal, y la muestra de respeto y de aceptación hacia las decisiones tomadas por mayoría.
- Programa para promover la tolerancia a la diversidad en ambientes étnicamente heterogéneos (Díaz-Aguado, 1992, y Díaz-Aguado y Royo, 1995).
Los elementos principales de este programa son: el aprendizaje cooperativo con miembros de otros grupos étnicos, discusión y representación de conflictos étnicos con objeto de fomentar la adecuada comprensión de las diferencias culturales y étnicas, desarrollando empatía hacia gentes o grupos que sufren el prejuicio racial, así como habilidades que capaciten a los alumnos para resolver conflictos causados por la diversidad étnica Como técnicas se utilizo la comunicación interpersonal, el diseño de situaciones y materiales que incrementen el aprendizaje significativo, conectar las actividades escolares con las actividades que llevan los alumnos desaventajados socioculturalmente, fuera de la escuela, favoreciendo actitudes y procesos cognitivos contrarios al prejuicio racial.
- Programa para fomentar el desarrollo moral a través del incremento de la reflexividad (Gargallo, 1996).
Este programa pretende incrementar la reflexividad de los estudiantes y así el descenso de la impulsividad, desde el convencimiento de que existe una relación positiva entre reflexividad y desarrollo moral. El programa incluye una amplia variedad de estrategias cognitivas con las que trabajar en clase con los alumnos.
- Programa para mejorar el comportamiento de los alumnos a través del aprendizaje de normas (Pérez, 1996).
Este programa se centra en el aprendizaje de reglas de comportamiento tanto en el centro escolar como en el contexto específico del aula. Pretende fomentar la participación del alumno en la organización de la vida del aula a través de su implicación activa en la construcción de normas de comportamiento Demostró ser muy eficaz para hacer frente a problemas de disciplina y de comportamiento disruptivo en el aula, por lo que se le puede suponer su importancia para prevenir otro tipo de comportamiento antisocial mas grave en los centros educativos.
Todos estos programas específicos aportan al profesorado herramientas contrastada para trabajar en los centros y en las aulas.
En distintos medios de comunicación están apareciendo muy a menudo distintos problemas que están existiendo en nuestras escuelas. Los episodios de violencia en los centros educativos atraen a la atención publica lo que provocan una «alarma social».
La violencia en los medios escolares es un problema mundial. Afecta tanto al Norte como al Sur. En cuanto a sus causas, los investigadores están al menos seguros de una cosa: no hay un factor único, sino modelos complejos ligados, por ejemplo, a la situación familiar, a las condiciones socioeconómicas y al estilo pedagógico de los establecimientos. Pero la investigación sólo indica las tendencias. No construye ningún determinismo.
¿DE QUÉ ESTAMOS HABLANDO CON «VIOLENCIA ESCOLAR»?:
Habría que distinguir distintas categorías ya que no es lo mismo un insulto u otra falta más o menos leve de disciplina que un episodio de vandalismo o de agresión física. No obstante, existe una clara tendencia en la opinión pública y tal vez entre muchos profesores a simplificar en manifestaciones distintas de un mismo sustrato violento que caracterizaría a los niños y jóvenes de hoy.
Juan Manuel Moreno Olmedilla realizó un trabajo distinguiendo categorías de comportamiento antisocial:
- Disrupción en las aulas: Se tratarían delas situaciones de aula en que tres o cuatro alumnos impiden con su comportamiento el desarrollo normal de la clase interfiriendo en el aprendizaje de los demás. Constituye la fuente de malestar más importante de los docentes ya que obliga al profesorado a emplear más tiempo en controlar la disciplina y el orde.
- Problemas de disciplina (conflictos entre profesorado y alumnado): Se trata de conductas que implican una mayor o menor dosis de violencia como la resistencia, el desafío, el insulto, al profesorado... que pueden desestabilizar por la vida cotidiana en el aula.
- Maltrato entre compañeros (bullying): El término «bullying» se emplea, en la literatura especializada para denominar los procesos de intimidación y victimización entre iguales, entre alumnos compañeros de aula o de centro escolar (Ortega y Mora-Merchán, 1997). Se trataría de situaciones en los que uno o más alumnos acosan e intimidan a otro, a través de insultos, rumores, aislamiento social, motes... Si bien no incluyen la violencia física, este maltrato intimidatorio puede tener lugar a lo largo de meses e incluso años, siendo sus consecuencias ciertamente devastadoras, sobre todo para la víctima.
- Vandalismo y daños materiales y violencia física (agresiones, extorsiones): El vandalismo y la agresión física son fenómenos de violencia ya sea contra las cosas o contra las personas. Son los que más impacto tienen sobre las comunidades escolares y sobre la opinión pública..
- Acoso sexual: El acoso sexual, al igual que el bullying, es un fenómeno oculto de comportamiento antisocial.
Habría que apuntar dos fenómenos típicamente escolares que también podrían categorizarse como comportamientos antisociales:
- El absentismo, que da lugar a importantes problemas de convivencia en muchos centros escolares.
- El fraude en educación: se refiere, a prácticas ilegales (Moreno, 1992, pp. 198 y ss.) como copiar en los exámenes, plagio de trabajos y de otras tareas, recomendaciones y tráfico de influencias para modificar las calificaciones de los alumnos, y una larga lista de irregularidades que, para una buena parte del alumnado...
¿QUÉ SABEMOS SOBRE ESTOS FENÓMENOS EN LOS CENTROS ESCOLARES?:
En los centros se dan muchos conflictos, y de muchos tipos, y no tanta violencia como los medios de comunicación y la opinión pública podrían estar dando a entender. Moreno Ortega establece la siguiente jerarquía en cuanto a las preocupaciones que generan los comportamientos antisociales:
- En los profesores preocupa y les afecta especialmente la disrupción.
- En los padres: la indisciplina.
- En la Administración educativa y a la opinión pública les afectan mucho los episodios de violencia física (sobre todo de alumno a profesor) y el vandalismo.
- En los alumnos están más preocupados por los fenómenos invisibles de bullying, extorsión y acoso sexual.
Aunque poco se sabe sobre estos distintos fenómenos agrupados bajo la denominación de comportamientos antisociales. Los estudios llevados a cabo hasta ahora en nuestro país no nos permiten generalizar sí podríamos poner de manifiesto al menos tres conclusiones importantes:
Los fenómenos de comportamientos antisocial en las escuelas tienen raíces muy profundas en la comunidad social a la que el centro educativo pertenece. Los episodios de violencia no deben considerarse simplemente como eventos aislados que ocurren espontáneamente.
Las distintas manifestaciones de comportamiento antisocial en las escuelas ocurren con más frecuencia de lo que usualmente se piensa ya que la relación entre los agresores y las víctimas es necesariamente larga en el tiempo y muy estrecha en el espacio (conviven en el centro durante años y muchas horas al día
Desde un punto de vista teórico (Ortega, 1995, 1996 y 1997), las variables que influyen sobre el comportamiento antisocial en las escuelas deben buscarse en tres dimensiones diferentes:
- Evolutiva: el proceso de desarrollo sociomoral y emocional en relación con el tipo de relaciones que los estudiantes establecen con sus iguale.
- Psicosocial, que implica las relaciones interpersonales, la dinámica socioafectiva de las comunidades y los grupos dentro de los que viven los alumnos, las complejidades propias del proceso de socialización de los niños y los jóvenes.
- La dimensión educativa como la configuración de los escenarios y las actividades en que tienen lugar las relaciones entre iguales, el efecto que sobre dichas relaciones tienen los distintos estilos de enseñanza, los modelos de disciplina escolar, los sistemas de comunicación en el centro y en el aula, el uso del poder y el clima socioafectivo en que se desarrolla la vida escolar.
El comportamiento antisocial en los centros puede estar muy determinado por variables sociales y familiares ajenas a la escuela. Existen procesos relevantes para intentar explicar el comportamiento antisocial en los centros educativos. Todos ellos están bien documentados y disponen de un conjunto de evidencias empíricas. Sin embargo, todavía no existen estudios españoles acerca de cómo influyen, se relacionan o hasta causan la violencia escolar.
Se trataría de los siguientes:
- La violencia estructural derivada de la organización social. La violencia escolar sería consecuencia de la participación de los estudiantes en procesos que filtran esa violencia presente en nuestra sociedad.
- La violencia de los medios de comunicación social a la que los alumnos están expuestos durante muchas horas diarias. Funk (1997) ha estudiado la relación entre el consumo de películas de acción y terror por parte de los estudiantes y la violencia en las escuelas, encontrando, una relación positiva entre ambos.
- Los modelos violentos que los estudiantes ven y aprenden en su propia familia y en su entorno sociocomunitario. Aquí habría que incluir de forma explícita la influencia del grupo de iguales.
- La violencia que los alumnos sufren dentro de su familia y en su entorno.
- Los centros educativos se han mantenido casi siempre al margen de las dimensiones no académicas de la educación como el desarrollo moral, la integración social... Al olvidar los procesos interpersonales implícitos en la convivencia diaria, se encuentran ahora con graves dificultades para dar una respuesta educativa ante el comportamiento antisocial o a los problemas de convivencia en general.
- Los centros estarían reproduciendo el sistema de normas y valores de la comunidad en la que están insertos y de la sociedad en general.
En conclusión, la investigación parece distinguir entre tres tipos de conjuntos de variables para explicar el comportamiento antisocial en los centros escolares:
- Variables individuales relacionadas con la personalidad, el sexo y las percepciones y expectativas del alumno.
- Variables del centro y del aula: internas a la institución y relacionadas con los fenómenos violentos más específicos de la escuela.
- Variables sociales o ambientales como la influencia de la familia, el grupo de iguales, la comunidad inmediata, los medios de comunicación y la sociedad en general.
- También existen variables internas al propio centro educativo que parecen estar relacionadas con la mayor o menor ocurrencia o aparición de fenómenos de comportamiento antisocial.
Considerando los resultados de investigaciones empíricas realizadas en otros países (Mooij, 1997; Funk, 1997), se podría afirmar que existe una relación entre el currículo escolar, los métodos de enseñanza, los sistemas de evaluación del rendimiento del alumnado, y el agrupamiento de los alumnos o la mayor o menor probabilidad de ocurrencia de fenómenos de comportamiento antisocial en un aula y en un centro.
Por ejemplo, Mooij (1997) encuentra el tiempo que el profesor dedica en el aula a procesos de grupo y relaciones interpersonales está relacionada con la disminución de los comportamientos disruptivos y de maltrato entre iguales
LA RESPUESTA EDUCATIVA:
La atención a la diversidad, el aprendizaje de la convivencia, la educación en actitudes y valores, se muestran como prioridades para la educación institucionalizada. El carácter no estrictamente académico de dichas prioridades choca con ciertos profesionales dentro de la actividad docente, y con ciertas posiciones ideológicas en política educativa y curricular; y esto es así sobre todo en el ámbito de la educación secundaria, el tramo del sistema educativo donde siempre se concentran los grandes debates de fondo sobre la educación. El riesgo de fragmentación social y cultural, y de deterioro de la escuela hacen aún más urgente la toma de conciencia de los docentes acerca de estos problemas.
Se podría diferenciar entre dos grandes tipos de respuesta educativa ante el comportamiento antisocial en las escuelas:
- Un respuesta global a los problemas de comportamiento antisocial que se podría considerar como prevención primaria (Moreno y Torrego, 1996).
Se trataría de una respuesta global porque toma como punto de partida la necesidad de que la convivencia se convierta y se aborde como una cuestión del propio centro: aprender a convivir, desarrollar relaciones interpersonales, colaboración, hábitos adecuados... El centro escolar debe analizar e incluir las cuestiones relacionadas con la convivencia y sus dificultades, en el contexto del currículo escolar, de las decisiones sobre él, de la estructura organizativa del centro...
Los conflictos de convivencia y los retos de la vida cotidiana dentro de la institución, afectarían a todas las personas de la comunidad escolar, no sólo a los directamente involucrados, por lo que todos tendrían una participación activa en la prevención y tratamiento.
- Una respuesta más especifica: Elaboración de programas específicos destinados solucionar aspectos determinados del problema de comportamiento antisocial o manifestaciones concretas. Se trataría de prevención secundaria y terciaria (Trianes y Muñoz, 1997; Díaz-Aguado, 1992; Díaz-Aguado y Royo, 1995; Gargallo y García, 1996; Pérez, 1996).
En España ya se han aplicado muchos de estos programas citaremos alguno:
- Programa de Desarrollo Social y Afectivo en el aula
(Trianes, 1995; Trianes y Muñoz, 1994, 1997).
Sus objetivos son: la construcción de un estilo de pensamiento para la resolución no agresiva de problemas, una perspectiva moral, la práctica y el aprendizaje de la negociación, la respuesta asertiva y la prosocialidad (apoyo y cooperación) en distintas situaciones posibles, el desarrollo de la tolerancia hacia las diferencias personales y la responsabilidad social, el aprendizaje de procedimientos democráticos de confrontación verbal, y la muestra de respeto y de aceptación hacia las decisiones tomadas por mayoría.
- Programa para promover la tolerancia a la diversidad en ambientes étnicamente heterogéneos (Díaz-Aguado, 1992, y Díaz-Aguado y Royo, 1995).
Los elementos principales de este programa son: el aprendizaje cooperativo con miembros de otros grupos étnicos, discusión y representación de conflictos étnicos con objeto de fomentar la adecuada comprensión de las diferencias culturales y étnicas, desarrollando empatía hacia gentes o grupos que sufren el prejuicio racial, así como habilidades que capaciten a los alumnos para resolver conflictos causados por la diversidad étnica Como técnicas se utilizo la comunicación interpersonal, el diseño de situaciones y materiales que incrementen el aprendizaje significativo, conectar las actividades escolares con las actividades que llevan los alumnos desaventajados socioculturalmente, fuera de la escuela, favoreciendo actitudes y procesos cognitivos contrarios al prejuicio racial.
- Programa para fomentar el desarrollo moral a través del incremento de la reflexividad (Gargallo, 1996).
Este programa pretende incrementar la reflexividad de los estudiantes y así el descenso de la impulsividad, desde el convencimiento de que existe una relación positiva entre reflexividad y desarrollo moral. El programa incluye una amplia variedad de estrategias cognitivas con las que trabajar en clase con los alumnos.
- Programa para mejorar el comportamiento de los alumnos a través del aprendizaje de normas (Pérez, 1996).
Este programa se centra en el aprendizaje de reglas de comportamiento tanto en el centro escolar como en el contexto específico del aula. Pretende fomentar la participación del alumno en la organización de la vida del aula a través de su implicación activa en la construcción de normas de comportamiento Demostró ser muy eficaz para hacer frente a problemas de disciplina y de comportamiento disruptivo en el aula, por lo que se le puede suponer su importancia para prevenir otro tipo de comportamiento antisocial mas grave en los centros educativos.
Todos estos programas específicos aportan al profesorado herramientas contrastada para trabajar en los centros y en las aulas.
MITOS SOBRE LA VIOLENCIA EN LAS ESCUELAS:
Veamos algunos de los mitos en relación con la violencia escolar:
- La violencia en los centros de enseñanza se trata de una novedad, propia de los jóvenes de hoy, de las características favorecedoras de los centros de enseñanza, y de la dejadez de los padres.
Pero no es ninguna novedad. Los fenómenos de violencia escolar se han producido siempre pero ahora son más visibles porque afectan a más personas, y porque los medios de comunicación, los padres y madres de los alumnos y la sociedad en general, se han hecho mucho más sensibles a todo lo relacionado con la educación.
- La violencia en las escuelas forma parte de casos aislados y que sólo una minoría de alumnos y profesores sufren este tipo de situaciones. Con esto se pretende no dar la alarma social.
No son sólo unos pocos los afectados ya que los fenómenos de violencia en las escuelas están relacionados con otras variables propias del entorno de la escuela y del contexto familiar y social de los alumnos. Con lo que no pueden abordarse de una manera aislada.
- La violencia en los centros es la amenaza más grave que tiene nuestro sistema escolar, con lo que hacen falta medidas urgentes. La única solución será los castigos, expulsiones, cambios de centro... Pero los problemas de violencia no pueden abordarse solo por esta vía ya que pueden multiplicarse y ser mas graves.
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