16.6.14

Educacion en el Tiempo Libre

EL «COUNSELING» DEL OCIO

La orientación del ocio personal es una tarea que debe contemplar la Educación en el Tiempo Libre. Es necesaria una formación que nos posibilite contar con aquellos recursos, de análisis, discriminación y elección de aquellas alternativas lúdicas beneficiosas que se ajusten mejor a nuestras expectativas, intereses y conveniencia. Desde siempre se ha obviado el asunto de la discriminación y racionalización del ocio.

Dentro de las estrategias de intervención durante el tiempo libre se hace necesario contemplar el counseling que pretende favorecer la toma de decisiones en torno al uso del tiempo libre especialmente en aquellas personas en las que se vivencia un ocio especialmente desestructurado y compulsivo (ocio terapéutico), aunque no exclusivamente. Esta metodología de ayuda deriva de la experiencia iniciada por el psicólogo humanista Carl Rogers que evalúa los sentimientos de bienestar y satisfacción o pesadumbre en torno al disfrute de su tiempo de ocio.
               
El counseling orienta su acción básicamente a:
   
- Personas con alguna patología en la que el tiempo libre juega un papel importante en la casuística de su dolencia y, por tanto, en su recuperación: Drogodependientes, ludópatas o cualquier otras persona que tenga un actitud compulsiva u obsesiva.    
- Personas, sin ningún tipo de trastorno, que quieren investigar sus posibilidades y habilidades reales a través de actividades de ocio.
- Enfermos o minusválidos físicos y psíquicos donde el disfrute del tiempo libre puede suponer una terapia de recuperación y mejora.
   
En la metodología del counseling juega un papel determinante el asesor o consejero, quien facilita el descubrimiento o reconocimiento de las aficiones y capacidades e informa de los recursos existentes y/o actividades que posibilitan la superación del conflicto. En nuestra tarea continuada con los jóvenes o niños este papel determinante lo va a jugar el educador como persona de referencia y vínculo afectivo.
   
La acción terapéutica se orienta a tres niveles:
   
- Nivel cognitivo: Descubrimiento de las aptitudes, incentivo del proceso de razonamiento, de la inteligencia, etc.
- Nivel emocional: Análisis de las emociones, valores, actitudes, prejuicios, intereses vinculados directamente al ocio.
- Nivel actitudinal: En relación a nuestras afinidades, intereses, destrezas, conducta social, etc. 

 
   
En el caso concreto de los adolescentes, de la tarea preventiva, se hace urgente la intervención de los educadores y/o monitores en general, y de todos los agentes sociales que intervengan en estas edades, resolver una actuación de estas características, un sistema «counseling» que facilite a los chicos y chicas conocer cómo vivencian su tiempo de ocio, su sentimiento de satisfacción, qué papel juega en todo ello la presión de grupo, que tomen conciencia crítica de la realidad, de las ofertas como productos de mercado que hay que vender, etc. Sólo así conseguiremos dotar a los jóvenes de una serie de recursos personales que les hagan ser los propios constructores de su proceso de vida y que asuman las consecuencias de sus acciones.

Este método supone el descubrimiento de «quién soy yo», averiguar, desmenuzarnos internamente para que tratemos de conocer por qué y cómo queremos disfrutar del ocio. Es importante para ello que estemos preparados como agentes de intervención y conozcamos cómo funciona el proceso de reflexión en torno al tema del ocio que siguiendo el modelo de Peterson (adoptado desde 1981 por la Sociedad Nacional de Ocio Terapéutico de EE.UU.) cumple los siguientes pasos:
       
1º. CONCIENCIACIÓN DEL OCIO: 
 
Se ahonda en la experiencia que aporta a la persona su ocio y en los beneficios reales que nos facilita. Es importante en el trabajo con adolescentes o jóvenes ahondar desde la experiencia en grupo. Para facilitarnos el trabajo aplicaremos técnicas de reflexión, de toma de decisiones y de grupo.
   
Nos parece interesante la propuesta que a este respecto se hace en la Guía para Mediadores Juveniles de la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción (1998). Siguiendo su esquema de trabajo las áreas que proponemos para tomar conciencia del ocio son:
   
- Análisis del uso del tiempo libre.
- Identificación de intereses.
   
1. Análisis del uso del tiempo libre:
   
ACTIVIDAD Nº 1: Autoevaluación del tiempo libre (30 minutos).
   
1. Cada participante debe responder a las siguientes preguntas:
   
- ¿Cuánto tiempo dedicas diariamente a las siguientes actividades: Estudio, tareas domésticas, trabajo?
- ¿De cuánto tiempo libre dispones a la semana?
- ¿Programas tu tiempo libre o improvisas?
- ¿Qué te gustaría hacer durante tu tiempo libre que no haces?
- ¿Cómo valoras tu forma de ocupar el tiempo libre? ¿Estás contento con tu froma de emplear el tiempo libre? ¿Qué aspectos positivos destacarías? ¿Qué te gustaría mejorar?
- ¿Qué actividades realizas en tu tiempo libre? 

2. Cada miembro del grupo expondrá las conclusiones de su autoevaluación a los restantes participantes.

3. El monitor reflejará las respuestas de los diferentes componentes del grupo y se hará una reflexión grupal de sus contenidos.

2. Identificación de intereses:
   
ACTIVIDAD Nº 1: El genio (60 minutos).
   
1. El monitor entrega la ficha «La lámpara mágica» a cada participante.
2. Se les pide: «Imaginad que encontráis una lámpara mágica. La frotáis y sale un genio que os concede tres deseos. No hay ninguna limitación de coste o de lugar. La única condición es que sean tres actividades de tiempo libre que se puedan hacer durante un fin de semana. Señalad en la primera columna de la tabla qué tres actividades desearías».
3. Cuando hayan completado las tres actividades, en la segunda columna deben señalar el tipo de actividad de que se trata (naturaleza, medio ambiente, viajes, deportiva, cultural, etc.).
4. En la tercera columna deben imaginar actividades parecidas a las que pedirían, pero que realmente puedan hacerlas.
5. Por último, se debatirá en torno a los deseos demandados y las ideas señaladas.


2º. CONOCIMIENTO DE LOS RECURSOS DE OCIO:

 
Es importante facilitar el conocimiento y acceso de los recursos de ocio de la zona. Averiguar en qué ocupa la gente su tiempo libre, sus aficiones, conocer los recursos de ocio existentes (revistas, agencias de viajes, puntos de información, asociaciones de tiempo libre) y la calidad de sus ofertas, que sean alternativas saludables a ese ocio. Algunas de las actividades que nos pueden ayudar en esta tarea son:
   
ACTIVIDAD Nº 1: El ranking del ocio juvenil (45 minutos).
   
1. Cada participante del grupo elabora por espacio de 10 minutos una lista con las 10 actividades de ocio que a su juicio llevan a cabo los jóvenes españoles, ordenándolas por orden de importancia en base al tiempo que creen les dedican.
2. Seguidamente se ponen en común las opciones elegidas por cada participante, construyendo un ranking conjunto. Para ello, las opción que cada componente elija en primer término recibirá 10 puntos, la indicada en segundo lugar 9 y así sucesivamente hasta dar a la actividad situada en décima posición 1 punto.
3. Una vez sumadas las puntuaciones individuales se elaborará un ranking colectivo facilitándose una copia a cada participante.
4. El monitor mostrará la información recopilada que aportan las encuestas e informes que se han resuelto sobre el tema (actividades realizadas por los jóvenes en su tiempo libre) discutiéndose las coincidencias y/o diferencias existentes con el ranking confeccionado por el grupo.
   
Anexo: Informe del Instituto de la Juventud de España (INJUVE) de 1997:
   
1º Salir con los amigos.
2º Ver televisión.
3º Hacer deporte.
4º Leer libros.
5º Oir música.
6º Ir de excursión.
7º Dormir.
8º Prácticas hoobies.
9º Ir al cine, teatro.
   
ACTIVIDAD Nº 2: Elegimos nuestro ocio (90 minutos).
   
Se resolverá un análisis crítico de las actividades preferidas por los jóvenes en su tiempo libre, que les posibilite identificar las motivaciones que sustentan estas elecciones, sus elementos positivos/negativos y su vínculo con la salud y el bienestar personal.
   
Así, cada miembro del grupo tendrá a su disposición una lista de las actividades que realizan habitualmente los jóvenes en su tiempo libre. Seguidamente se resolverá un debate en el que cada uno de los participantes debe mostrar su opinión con respecto a diferentes asuntos (orientativos) que se recogen a continuación:
   
- ¿Qué grado de facilidad/dificultad requiere cada una de las actividades?
- ¿Por qué razón les gusta esa actividad a los jóvenes?
- ¿Qué elementos positivos destacarías en la práctica de la actividad?
- ¿Qué elementos negativos comporta la práctica de esa actividad?
- Ese tipo de ocio ¿favorece o deteriora la salud o el bienestar de los jóvenes?
- ¿Crees que esta forma de ocio tiene alguna relación con el consumo de alcohol y otras drogas?
- ¿Se os ocurre alguna actividad alternativa que permita obtener los mismos elementos positivos y reducir los negativos?
   
- OTRAS ACTIVIDADES: Dinámicas.

El abanico de dinámicas que podemos proponer a adolescentes y jóvenes para reflexionar sobre las ventajas del uso saludable del ocio es amplia y se estructura en función de los objetivos planteados:
   
- Dinámicas de presentación,
- Dinámicas de conocimiento.
- Dinámicas de afirmación.
- Dinámicas de confianza.
- Dinámicas de comunicación.
- Dinámicas de cooperación.
- Dinámicas de resolución de conflictos.



ACTIVIDADES PARA EL TIEMPO LIBRE
Recordemos el importante servicio que ofertan las ludotecas, asociaciones de tiempo libre, juveniles, prestadoras de servicios a la juventud, deportivas, etc. que organizan interesantes actividades ludicas o extraescolares.
   
Cualquier práctica deportiva es un vehículo de satisfacción personal y grupal cuando le restamos su fundamento competitivo: Baloncesto, balonmano, futbito, voleibol, brillé, frontón, tenis de mesa, atletismo, patinaje, monopatín, ciclismo, natación, etc.
   
Las actividades de contacto con la naturaleza ofrecen numerosas posibilidades de gran atractivo: Excursiones, deportes acuáticos, acampadas, granjas-escuela, aulas de naturaleza, campamento urbanos, etc.
   
También las actividades ofertadas desde los centros cívicos, centros sociales, asociaciones de vecinos, de teatro, culturales, de mujeres, etc.; ofrecen interesantes alternativas vinculadas al plano artístico o cultural: Artes plásticas, marionetas y títeres, máscaras, fotografía, macramé, vídeo o radio, internet, teatro, danza, cine forum, visitas a museos y exposiciones, etc. que, además, facilitan el contacto con personas que comparten los mismos intereses.
   
Como animadores y educadores/as es importante implicar a las personas en la adquisición de habilidades específicas y actitudinales que faciliten el disfrute de una determinada alternativa de ocio, reflexionando además sobre los medios potenciales que suponen los recursos personales, familiares, comunitarios (servicios existentes en la comunidad) y estatales para desarrollar y mantener un estilo de vida donde se conciba y vivencie un ocio saludable física, mental y socialmente; que disminuya la hostilidad contra el medio y uno mismo (conductas adictivas), el aburrimiento, la apatía existencial o la ansiedad que generan los conflictos personales.

 
    

En definitiva, un conocimiento más profundo sobre nosotros mismos (como educadores o mediadores sociales), de los mecanismos internos que estructuran nuestra conducta, desmenuzar nuestras emociones a través de la reflexión para desterrar complejos y prejuicios, identificar actitudes o conductas erróneas en nuestra propia vida, en nuestras relaciones, en nuestra manera de vivir el tiempo libre, etc. nos facilitará una herramienta de primer orden para entender e intervenir con otras personas, sean niños o adultos. Por ello, y una vez más, insistimos en la necesidad de llegar al autoconocimiento y que la primera relación de ayuda, el primer counselling que debemos resolver, es con nosotros mismos. La autenticidad y congruencia que debe presidir toda relación de ayuda (y toda relación educativa lo es) se logra caminando en este sentido.



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