Trastornos sobre el Sistema Nervioso Central
Incluiremos los síntomas de la intoxicación aguda y el Síndrome de abstinencia alcohólica como problemas neurológicas. Por desgracia no son estas las únicas alteraciones que el etanol provoca sobre este sistema fundamental para la persona. Las demás alteraciones neurológicas, pueden clasificarse en función de su etiopatogenia:
Las enfermedades relacionadas con los trastornos nutricionales:
- Síndrome de Wernicke-Korsakoff.
- Degeneración cerebelosa alcohólica: Es una enfermedad más frecuente en varones, que se caracteriza por ataxia del tronco y extremidades inferiores. Además, pueden aparecer otros síntomas como temblores, disartria o nistagmo.
- Polineuropatía alcohólica: Es la más frecuente, los síntomas se inician distalmente y en las extremidades inferiores. La afectación en forma de parestesias, pérdida de fuerza y atrofia simétrica. Hay una disminución de los arcos reflejos y el reflejo aquíleo se afecta precozmente.
- Neuritis óptica: Hay pérdida de agudeza y campo visual, con un escotoma central y a veces dificultad para diferenciar el color rojo del verde, pudiendo evolucionar a la ceguera total.
- Las enfermedades de etiopatogenia desconocida:
- Síndrome de Marchiafava-Bignani: Aparecen alteraciones en el lenguaje, los trastornos de la marcha, el aumento del tono muscular y la incontinencia urinaria. Tiene un curso progresivo hacia la muerte en pocos años.
- Mielinosis pontina central: Cuadriparesia progresiva, parálisis pseudobulbar y parálisis parcial o completa de los movimientos oculares horizontales. Evoluciona a la muerte en pocos días
- Demencia alcohólica.
Efectos sobre el Sistema Genito-Urinario
La ebriedad interfiere con el acto sexual, disminuyendo la capacidad de respuesta en hombres y mujeres. Más aún, la ingesta crónica de etanol en hombres puede llevar a impotencia, esterilidad, atrofia testicular y ginecomastia.
Incluiremos los síntomas de la intoxicación aguda y el Síndrome de abstinencia alcohólica como problemas neurológicas. Por desgracia no son estas las únicas alteraciones que el etanol provoca sobre este sistema fundamental para la persona. Las demás alteraciones neurológicas, pueden clasificarse en función de su etiopatogenia:
Las enfermedades relacionadas con los trastornos nutricionales:
- Síndrome de Wernicke-Korsakoff.
- Degeneración cerebelosa alcohólica: Es una enfermedad más frecuente en varones, que se caracteriza por ataxia del tronco y extremidades inferiores. Además, pueden aparecer otros síntomas como temblores, disartria o nistagmo.
- Polineuropatía alcohólica: Es la más frecuente, los síntomas se inician distalmente y en las extremidades inferiores. La afectación en forma de parestesias, pérdida de fuerza y atrofia simétrica. Hay una disminución de los arcos reflejos y el reflejo aquíleo se afecta precozmente.
- Neuritis óptica: Hay pérdida de agudeza y campo visual, con un escotoma central y a veces dificultad para diferenciar el color rojo del verde, pudiendo evolucionar a la ceguera total.
- Las enfermedades de etiopatogenia desconocida:
- Síndrome de Marchiafava-Bignani: Aparecen alteraciones en el lenguaje, los trastornos de la marcha, el aumento del tono muscular y la incontinencia urinaria. Tiene un curso progresivo hacia la muerte en pocos años.
- Mielinosis pontina central: Cuadriparesia progresiva, parálisis pseudobulbar y parálisis parcial o completa de los movimientos oculares horizontales. Evoluciona a la muerte en pocos días
- Demencia alcohólica.
Efectos sobre el Sistema Genito-Urinario
La ebriedad interfiere con el acto sexual, disminuyendo la capacidad de respuesta en hombres y mujeres. Más aún, la ingesta crónica de etanol en hombres puede llevar a impotencia, esterilidad, atrofia testicular y ginecomastia.
FARMACOTERAPIA
El tratamiento de la persona que «decide» abandonar su hábito etílico es complejo, ya que conforme el alcohol se elimina del cuerpo el paciente va manifestando una serie de características y necesidades diferentes. Esto ha llevado a dividir el mismo en tres fases:
A. DESINTOXICACIÓN ALCOHÓLICA.
B. DESHABITUACIÓN ALCOHÓLICA.
C. REHABILITACIÓN.
Los estudios que se han realizado sobre esta enfermedad (alcoholismo) han aportado una serie de fármacos que se utilizan en las citadas fases del mismo. Autores como González en 1994 otorgaban a los fármacos dos funciones:
- Aliviar los síntomas del Síndrome de abstinencia.
- Tratar otros síndromes psico-patológicos concomitantes al problema alcohólico.
Comenzaremos haciendo un recorrido, por las fases de este tratamiento farmacológico:
A. DESINTOXICACIÓN ALCOHÓLICA:
El objetivo de esta fase es conseguir la abstinencia para lograr la eliminación del tóxico, pero no a toda costa, sino intentando que sea con el mínimo riesgo posible para la persona y planificando esta hacia la rehabilitación final.
Antes de que una persona inicie la desintoxicación es necesario un examen físico completo así como una evaluación integral de su historia de bebida o patrón de consumo, que ofrecerá información valiosa para predecir la gravedad y presencia de síntomas posteriores al abandono brusco del consumo.
Salvo en los casos de dependencia leve, en otros muchos se sugiera la hospitalización de el/la paciente durante esta fase. Para ello se suelen situar en entornos bien iluminados, tranquilos y contando la supervisión del personal sanitario, que supervisara su estado y administrara los fármacos que se necesiten en función de la sintomatología asociada normalmente se inicia con dosis altas que luego desciende, (Clometizol, Benzodiacepinas (Tranxilium ®), Gabapentina, Acamprosato, Gabapentina, Tiapride, antiepilépticos).
B. DESHABITUACIÓN ALCOHÓLICA:
El objetivo de esta fase no coincide con la anterior, es decir, no es que el paciente mantenga la abstinencia, sino que lo que se pretende es que este aprenda a vivir sin alcohol. Para esto deben ser conscientes de su enfermedad y de las consecuencias de su consumo. Por lo ambiciosa de esta fase se prolonga en el tiempo más que la desintoxicación.
Los fármacos más habituales en esta fase son:
- FÁRMACOS ANTIDIPSOTRÓPICOS, AVERSIVOS O INTERDECTORES:
Estos fármacos tienen la finalidad de disuadir del consumo de alcohol, ante las reacciones que provocan al entrar en contacto con el alcohol. Los síntomas que puede desencadenar esta coincidencia de ambas sustancias en el cuerpo son:
- Ruborización excesiva.
- Palpitaciones en la cabeza.
- Palpitaciones en el cuello.
- Taquicardia.
- Náuseas.
- Debilidad.
- Visión borrosa.
- Dificultad respiratoria.
- Dolor torácico.
- En casos con antecedentes cardiopaticos y/o grandes cantidades de alcohol, pueden llevar al colapso cardiocirculatorio y la muerte.
Tanto el disulfiram ( Antabus®) y la cianamida cálcica (Colme®) son fármacos que actúan de este modo. El disulfiram tiene una duración prolongada mientras que mucho más limitada en el tiempo es la de la Cianamida por lo que se administra varias veces al día (según consejo médico).La administración de este tipo de fármacos EN NINGUN CASO DEBERÍA SER REALIZADA POR LOS FAMILIARES O CUALQUIER OTRA PERSONA SIN EL CONOCIMIENTO DEL PACIENTE ALCOHÓLICO.
Se requiere la colaboración del paciente y la aceptación del tratamiento una vez conocidas las reacciones que la ingesta de alcohol provocaría sobre su estado físico.
- FÁRMACOS CONTRA LA COMPULSIÓN A BEBER Y LA PÉRDIDA DE CONTROL:
- Naltrexona (Culepan®, Revia®, Antaxone®): Fármaco que en el caso del consumo de alcohol, actúa contrarrestando el efecto de refuerzo positivo. De este modo, si aparece el consumo el paciente no pierde el control de su conducta y evita el consumo masivo y la posible recaída. La nueva forma de administrarla en mediante una inyección cuyos efectos perduran a lo largo de un mes.
- Acamprosato ( Zulex ®,Campral ®): en pacientes que han mantenido un consumo crónico , se produce una regulación del Sistema Glutamanérgido que se produce cuando el organismo predice que es el momento en que se realizará el consumo. Este ocurre también en abstinencia dando lugar a los síntomas ansiosos. Este fármaco bloquea este fenómeno.
- GABAPENTINA: Se usa al final de la fase de Desintoxicación y la fase de deshabituación. Este fármaco mejora el estado ánimo tiene una función «ANTIGRAVING» (disminuye el deseo y la compulsión por el consumo de alcohol).
- OTROS FÁRMACOS. Tiapride, Carbamazepina, Valproato, Gabapentina y Topiramato.
C. FASE DE REHABILITACIÓN:
El Ideal de esta fase es que la persona vuelva a su vida, sea capaz de cambiar los hábitos que convergieron en el abuso del alcohol. Asumirán sus responsabilidades familiares, laborales y sociales.
En esta fase algunos pacientes perpetúan la ingesta de fármacos disuasores, pero no se debe conceder la responsabilidad del no consumo a un fármaco sino que esta debe recaer en la consecución de habilidades para rehusar el alcohol. Este tipo de habilidades se suelen conseguir con la Psicoterapia.
PSICOTERAPIA
En los últimos años se ha producido un avance considerable en el tratamiento Psicológico del alcoholismo llegando al momento actual en el que la base y eje del tratamiento se ha transferido casi totalmente a la persona alcohólica.
Cuando se inicia una terapia para combatir el hábito etílico se inicia un proceso que costa de las siguientes fases:
- Fase de Acogida:
Esta fase no se centra en tomar datos. No implica establecer una historia y perfil concreto a priori sino las características diferenciales para conducir el discurso inicial que haga que el sujeto se siente «comprendido».
Pautas de actuación durante la Acogida:
- Favorecer un clima de apertura, reconciliador
- Escuchar activamente
- Recoger la demanda del sujeto
- Desdramatizar, desculpabilizar, tranquilizar y aceptarlo incondicionalmente propiciando un compromiso de participación conjunta para la solución de sus problemas.
- Fase Deshabituación:
Esta fase se centra en la comprensión, abordaje y prevención de la caída y recaída.
- Fase de Consolidación:
Como ya tratamos, en la farmacoterapia, la última fase de todo tratamiento es en la que se consolida la abstinencia.
En esta fase, la persona en rehabilitación debe readaptar su vida, es decir, el alcohol ya no domina su vida, ni la de su familia. Ahora es el momento de retomar su relación de pareja, su ocio, sus relaciones sociales, se le tendrá que ayudar a manejar estas situaciones tanto a su entorno como al alcohólico/a.
Una persona alcohólica lo es para siempre. Entendámoslo con un ejemplo; imaginemos que nuestro gusto por el dulce y nuestra predisposición genética, entre otros factores, provoca que nos sea diagnosticada una diabetes y nos prohíban tajantemente el consumo de azúcar. Todos nuestros amigos visitan las pastelerías a diario y nos invitan a tomar algún delicatessen con ellos. Combatir este deseo de acompañarlos será nuestra tarea diaria si lo que queremos es no «recaer» en nuestra enfermedad insulinita.
Decidir qué intervención se llevará a cabo con cada paciente, dependerá del plan individualizado que se plantee con cada uno/a. Dentro de la Psicología existen diversas orientaciones generales sobre las que un profesional puede basar su intervención. Exponemos, a grandes rasgos, como se tratan las «dependencias» en cada una de ellas:
Las terapias de orientación cognitiva:
El tratamiento de la persona que «decide» abandonar su hábito etílico es complejo, ya que conforme el alcohol se elimina del cuerpo el paciente va manifestando una serie de características y necesidades diferentes. Esto ha llevado a dividir el mismo en tres fases:
A. DESINTOXICACIÓN ALCOHÓLICA.
B. DESHABITUACIÓN ALCOHÓLICA.
C. REHABILITACIÓN.
Los estudios que se han realizado sobre esta enfermedad (alcoholismo) han aportado una serie de fármacos que se utilizan en las citadas fases del mismo. Autores como González en 1994 otorgaban a los fármacos dos funciones:
- Aliviar los síntomas del Síndrome de abstinencia.
- Tratar otros síndromes psico-patológicos concomitantes al problema alcohólico.
Comenzaremos haciendo un recorrido, por las fases de este tratamiento farmacológico:
A. DESINTOXICACIÓN ALCOHÓLICA:
El objetivo de esta fase es conseguir la abstinencia para lograr la eliminación del tóxico, pero no a toda costa, sino intentando que sea con el mínimo riesgo posible para la persona y planificando esta hacia la rehabilitación final.
Antes de que una persona inicie la desintoxicación es necesario un examen físico completo así como una evaluación integral de su historia de bebida o patrón de consumo, que ofrecerá información valiosa para predecir la gravedad y presencia de síntomas posteriores al abandono brusco del consumo.
Salvo en los casos de dependencia leve, en otros muchos se sugiera la hospitalización de el/la paciente durante esta fase. Para ello se suelen situar en entornos bien iluminados, tranquilos y contando la supervisión del personal sanitario, que supervisara su estado y administrara los fármacos que se necesiten en función de la sintomatología asociada normalmente se inicia con dosis altas que luego desciende, (Clometizol, Benzodiacepinas (Tranxilium ®), Gabapentina, Acamprosato, Gabapentina, Tiapride, antiepilépticos).
B. DESHABITUACIÓN ALCOHÓLICA:
El objetivo de esta fase no coincide con la anterior, es decir, no es que el paciente mantenga la abstinencia, sino que lo que se pretende es que este aprenda a vivir sin alcohol. Para esto deben ser conscientes de su enfermedad y de las consecuencias de su consumo. Por lo ambiciosa de esta fase se prolonga en el tiempo más que la desintoxicación.
Los fármacos más habituales en esta fase son:
- FÁRMACOS ANTIDIPSOTRÓPICOS, AVERSIVOS O INTERDECTORES:
Estos fármacos tienen la finalidad de disuadir del consumo de alcohol, ante las reacciones que provocan al entrar en contacto con el alcohol. Los síntomas que puede desencadenar esta coincidencia de ambas sustancias en el cuerpo son:
- Ruborización excesiva.
- Palpitaciones en la cabeza.
- Palpitaciones en el cuello.
- Taquicardia.
- Náuseas.
- Debilidad.
- Visión borrosa.
- Dificultad respiratoria.
- Dolor torácico.
- En casos con antecedentes cardiopaticos y/o grandes cantidades de alcohol, pueden llevar al colapso cardiocirculatorio y la muerte.
Tanto el disulfiram ( Antabus®) y la cianamida cálcica (Colme®) son fármacos que actúan de este modo. El disulfiram tiene una duración prolongada mientras que mucho más limitada en el tiempo es la de la Cianamida por lo que se administra varias veces al día (según consejo médico).La administración de este tipo de fármacos EN NINGUN CASO DEBERÍA SER REALIZADA POR LOS FAMILIARES O CUALQUIER OTRA PERSONA SIN EL CONOCIMIENTO DEL PACIENTE ALCOHÓLICO.
Se requiere la colaboración del paciente y la aceptación del tratamiento una vez conocidas las reacciones que la ingesta de alcohol provocaría sobre su estado físico.
- FÁRMACOS CONTRA LA COMPULSIÓN A BEBER Y LA PÉRDIDA DE CONTROL:
- Naltrexona (Culepan®, Revia®, Antaxone®): Fármaco que en el caso del consumo de alcohol, actúa contrarrestando el efecto de refuerzo positivo. De este modo, si aparece el consumo el paciente no pierde el control de su conducta y evita el consumo masivo y la posible recaída. La nueva forma de administrarla en mediante una inyección cuyos efectos perduran a lo largo de un mes.
- Acamprosato ( Zulex ®,Campral ®): en pacientes que han mantenido un consumo crónico , se produce una regulación del Sistema Glutamanérgido que se produce cuando el organismo predice que es el momento en que se realizará el consumo. Este ocurre también en abstinencia dando lugar a los síntomas ansiosos. Este fármaco bloquea este fenómeno.
- GABAPENTINA: Se usa al final de la fase de Desintoxicación y la fase de deshabituación. Este fármaco mejora el estado ánimo tiene una función «ANTIGRAVING» (disminuye el deseo y la compulsión por el consumo de alcohol).
- OTROS FÁRMACOS. Tiapride, Carbamazepina, Valproato, Gabapentina y Topiramato.
C. FASE DE REHABILITACIÓN:
El Ideal de esta fase es que la persona vuelva a su vida, sea capaz de cambiar los hábitos que convergieron en el abuso del alcohol. Asumirán sus responsabilidades familiares, laborales y sociales.
En esta fase algunos pacientes perpetúan la ingesta de fármacos disuasores, pero no se debe conceder la responsabilidad del no consumo a un fármaco sino que esta debe recaer en la consecución de habilidades para rehusar el alcohol. Este tipo de habilidades se suelen conseguir con la Psicoterapia.
PSICOTERAPIA
En los últimos años se ha producido un avance considerable en el tratamiento Psicológico del alcoholismo llegando al momento actual en el que la base y eje del tratamiento se ha transferido casi totalmente a la persona alcohólica.
Cuando se inicia una terapia para combatir el hábito etílico se inicia un proceso que costa de las siguientes fases:
- Fase de Acogida:
Esta fase no se centra en tomar datos. No implica establecer una historia y perfil concreto a priori sino las características diferenciales para conducir el discurso inicial que haga que el sujeto se siente «comprendido».
Pautas de actuación durante la Acogida:
- Favorecer un clima de apertura, reconciliador
- Escuchar activamente
- Recoger la demanda del sujeto
- Desdramatizar, desculpabilizar, tranquilizar y aceptarlo incondicionalmente propiciando un compromiso de participación conjunta para la solución de sus problemas.
- Fase Deshabituación:
Esta fase se centra en la comprensión, abordaje y prevención de la caída y recaída.
- Fase de Consolidación:
Como ya tratamos, en la farmacoterapia, la última fase de todo tratamiento es en la que se consolida la abstinencia.
En esta fase, la persona en rehabilitación debe readaptar su vida, es decir, el alcohol ya no domina su vida, ni la de su familia. Ahora es el momento de retomar su relación de pareja, su ocio, sus relaciones sociales, se le tendrá que ayudar a manejar estas situaciones tanto a su entorno como al alcohólico/a.
Una persona alcohólica lo es para siempre. Entendámoslo con un ejemplo; imaginemos que nuestro gusto por el dulce y nuestra predisposición genética, entre otros factores, provoca que nos sea diagnosticada una diabetes y nos prohíban tajantemente el consumo de azúcar. Todos nuestros amigos visitan las pastelerías a diario y nos invitan a tomar algún delicatessen con ellos. Combatir este deseo de acompañarlos será nuestra tarea diaria si lo que queremos es no «recaer» en nuestra enfermedad insulinita.
Decidir qué intervención se llevará a cabo con cada paciente, dependerá del plan individualizado que se plantee con cada uno/a. Dentro de la Psicología existen diversas orientaciones generales sobre las que un profesional puede basar su intervención. Exponemos, a grandes rasgos, como se tratan las «dependencias» en cada una de ellas:
Las terapias de orientación cognitiva:
- La prevención de recaídas: se incide en que el paciente desarrolle un mayor autocontrol y evite recaídas.
- Técnicas de autocontrol: alcanzar la abstinencia o un consumo no de riesgo (programas de Bebida controlada) es la base de este tipo de terapias.
- Entrenamiento en diferentes tareas: ante la creencia de que la persona consume alcohol por déficit en habilidades ante diferentes problemas , se pretende que conseguir adquirir estas y que sea capaz de desarrollar iniciando la puesta en marcha en ambientes controlados..
- Desensibilización sistemática: Se intenta que aprenda, entre otras, habilidades sociales, el refuerzo comunitario, el manejo del estrés a través de programas de desensibilización sistemática y la resolución de problemas.
- Las intervenciones motivacionales. la relación de empatía con el paciente intentando motivarle y analizar sus resistencias y ambivalencias sobre el plan de tratamiento, la Entrevista motivacional es una de las estrategias mas eficaces como más adelante exponemos.
Las terapias conductuales:
- Las terapias conductuales: por su carácter conductual se base en intentar suplir la abstinencia de los pacientes y castigar el consumo u otras conductas desadaptativas, provocar la Aversión al alcohol es una de sus premisas.
Las terapias psicodinámicas individuales:
- Las terapias psicodinámicas individuales permiten modificar patrones desadaptativos de su vida diaria y sirven de apoyo para el paciente.
Las terapias grupales:
- Las terapias grupales proporciona a sus miembros una oportunidad única para acelerar el proceso terapéutico mediante la identificación mutua, la aceptación, el papel de los modelos, el apoyo social, el establecimiento de límites y de normas, el aprendizaje y la adquisición de habilidades de solución de problemas.
Las terapias familiares:
- Las terapias familiares ayudan en las dificultades y problemas que surgen en los pacientes alcohólicos en la relación y la convivencia con sus familias
Los grupos de autoayuda:
- los grupos de autoayuda sirven de apoyo en el proceso de deshabituación al paciente, reforzándose la abstinencia y repasando las consecuencias negativas del consumo. Además, los pacientes reciben consejos para la resolución de problemas.
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