MODELOS DE INTERVENCIÓN CON INADAPTADOS SOCIALES
En este apartado trataremos el estudio de los modelos de intervención social presentes en la actuación con inadaptados sociales: Modelo represivo, médico y pedagógico, entre otros. Los modelos sociales, en general, han tenido una fuerte impregnación de diversas disciplinas que tratan desde sus planteamientos el fenómeno de la inadaptación.
Antes de comenzar su descripción y siguiendo a AYERBE ECHEBERRÍA (1991b, p. 48); es preciso considerar:
- El eje histórico: Desde el modelo represivo al modelo de reintegración ha existido una secuencia histórica. Ello no determina que un modelo que ha tenido preeminencia en una época pasada se haya extinguido en la época actual.
- El eje profesional: Dependiendo del modelo podemos observar los apartados profesionales que intervienen predominantemente. Por ejemplo, en el modelo represivo, los profesionales del derecho tienen predominio frente a otros.
Un modelo pedagógico de intervención ha de tener en cuenta primero, la inclusión de otras aportaciones como las de la criminológica, aportaciones médicas, comunitarias, etc. y en segundo lugar, que los modelos anteriores (históricos) se centran en los sujetos en conflicto social, sin tener en cuenta a los sujetos en peligro (maltrato, abandono… ). Además, dicho modelo debe integrar aspectos de prevención y tratamiento.
Teniendo en cuenta estas ideas vamos a continuación a realizar un rastreo sobre los modelos que se han utilizado por el estudio de la inadaptación social.
Para llevar a cabo una intervención socio-educativa en el ámbito de la inadaptación social, se diseñan modelos que según BELDA (1991) tienen una doble finalidad:
- Facilitar situaciones que ayuden a estructurar la personalidad del individuo, potenciando su autonomía e incrementando el nivel de competencias que pueda desarrollar en la sociedad.
- Corregir y/o mejorar las condiciones respecto a su entorno social.
Podemos constatar, según VEGA (1991, p. 38) diferentes etapas que han configurado distintos modelos de intervención:
- Etapa Represiva: El individuo que no se adapta a las normas o costumbres es encerrado. Aquí se situaría el modelo represivo.
- Etapa de beneficencia: Surge la necesidad de ayuda más que de castigo. Primero personas voluntarias asumen esta tarea después lo hacen las instituciones. Aquí se situarían los modelos de protección.
- Etapa terapéutica: El avance de las Ciencias de la Educación lleva consigo un mayor conocimiento del inadaptado y, por lo tanto, surgen programas científicos de intervención educativa. Aquí se situarían los modelos educativos.
- Etapa crítica: Se toma conciencia de que no sólo es necesario intervenir solo el individuo inadaptado, sino sobre toda la sociedad. Aquí se situarían los modelos comunitarios.
Una vez analizado los contextos que han configurado los distintos modelos, pasamos a detallar estos, siguiendo a AYERBE ECHEBERRÍA (1991b, 1996a).
En este apartado trataremos el estudio de los modelos de intervención social presentes en la actuación con inadaptados sociales: Modelo represivo, médico y pedagógico, entre otros. Los modelos sociales, en general, han tenido una fuerte impregnación de diversas disciplinas que tratan desde sus planteamientos el fenómeno de la inadaptación.
Antes de comenzar su descripción y siguiendo a AYERBE ECHEBERRÍA (1991b, p. 48); es preciso considerar:
- El eje histórico: Desde el modelo represivo al modelo de reintegración ha existido una secuencia histórica. Ello no determina que un modelo que ha tenido preeminencia en una época pasada se haya extinguido en la época actual.
- El eje profesional: Dependiendo del modelo podemos observar los apartados profesionales que intervienen predominantemente. Por ejemplo, en el modelo represivo, los profesionales del derecho tienen predominio frente a otros.
Un modelo pedagógico de intervención ha de tener en cuenta primero, la inclusión de otras aportaciones como las de la criminológica, aportaciones médicas, comunitarias, etc. y en segundo lugar, que los modelos anteriores (históricos) se centran en los sujetos en conflicto social, sin tener en cuenta a los sujetos en peligro (maltrato, abandono… ). Además, dicho modelo debe integrar aspectos de prevención y tratamiento.
Teniendo en cuenta estas ideas vamos a continuación a realizar un rastreo sobre los modelos que se han utilizado por el estudio de la inadaptación social.
Para llevar a cabo una intervención socio-educativa en el ámbito de la inadaptación social, se diseñan modelos que según BELDA (1991) tienen una doble finalidad:
- Facilitar situaciones que ayuden a estructurar la personalidad del individuo, potenciando su autonomía e incrementando el nivel de competencias que pueda desarrollar en la sociedad.
- Corregir y/o mejorar las condiciones respecto a su entorno social.
Podemos constatar, según VEGA (1991, p. 38) diferentes etapas que han configurado distintos modelos de intervención:
- Etapa Represiva: El individuo que no se adapta a las normas o costumbres es encerrado. Aquí se situaría el modelo represivo.
- Etapa de beneficencia: Surge la necesidad de ayuda más que de castigo. Primero personas voluntarias asumen esta tarea después lo hacen las instituciones. Aquí se situarían los modelos de protección.
- Etapa terapéutica: El avance de las Ciencias de la Educación lleva consigo un mayor conocimiento del inadaptado y, por lo tanto, surgen programas científicos de intervención educativa. Aquí se situarían los modelos educativos.
- Etapa crítica: Se toma conciencia de que no sólo es necesario intervenir solo el individuo inadaptado, sino sobre toda la sociedad. Aquí se situarían los modelos comunitarios.
Una vez analizado los contextos que han configurado los distintos modelos, pasamos a detallar estos, siguiendo a AYERBE ECHEBERRÍA (1991b, 1996a).
Modelo represivo o clásico:
Según este autor se trata de un modelo, esencialmente, autoritario y coercitivo. Los rasgos que lo distinguen históricamente son: vigilancia constante, intensa aplicación de castigos corporales, etc.
En épocas modernas esta forma represiva ha recibido el nombre de tratamiento institucional. Dicho tratamiento institucional ha recibido numerosas críticas. Según AYERBE ECHEBERRÍA (1991b) las más importantes son:
- Constantes en la estructura y funcionamiento interno, es decir, jerarquización, rigidez en al normativa, horarios, programas, defensa contra riesgos y cambios, anonimato del individuo debido a la masificación, inadecuación arquitectónica, psicologicismo individualista olvidando las referencias contextuales, etc.
- Instrumentos de trabajo institucional: Coerción, miedo, celdas de castigo, amenazas, etc. Mecanismos de integración: Persuasión, consejo, chantaje afectivo adoctrinamiento; Mecanismos de control: Uniformización de la vida, etc. Exclusión: Traslados, castigos…
- Problemas de funcionamiento: Almacenamiento de sujetos con diversas inadaptaciones en un mismo centro. Falta de personal especializado. El personal educador posee escasa formación cultural, baja cualificación profesional, escasa retribución económica y a su vez una excesiva rotación del personal. Falta de coordinación entre educadores y otros profesionales.
- Basándose en los supuestos de que el delincuente actúa por propia voluntad, por causas racionales y buscando un beneficio; el castigo penal necesario para defender el contrato social, debe procurar al delincuente un dolor, por medio del castigo, mayor que el placer que obtiene derivado del delito. Fueron los pensadores ilustrados de la escuela clásica los primeros en defender que el castigo debía ser proporcional al daño cometido. Este modelo, por medio de la retribución y del escarmiento, busca devolver el mal causado el inadaptado a la sociedad e intimidar a los demás para que no tengan deseos de infringir las normas.
Modelo médico o curativo:
Este modelo se integra dentro de lo que se ha denominado modelo de rehabilitación. Su finalidad es recuperar socialmente (rehabilitar al inadaptado). Este modelo de intervención sitúa el núcleo de la misma en el individuo, sostiene que las «perturbaciones» son inherentes al sujeto.
Garrido GENOVÉS (1987, p 110) describe este modelo de la siguiente manera: Los seguidores de este modelo entienden que el delito es causado por un factor o factores que pueden ser identificados, aislados, tratados o eliminados. De ahí que los delincuentes sean considerados como enfermos necesitados de tratamiento por personas expertas (psicólogos, psiquiatras, etc). El castigo sólo empeora el problema, ya que el delincuente se ve arrastrado a realizar conductas ilegales debido a problemas emocionales. Entendemos que aunque Garrido GENOVÉS se haya basado en la delincuencia para explicar el modelo médico, su análisis del mismo puede aplicarse a la problemática general de la inadaptación.
El modelo médico de la inadaptación considera la conducta inadaptada como «patológica», la cual se clasifica a partir de «síntomas», clasificación que recibe el nombre de diagnóstico. Los procedimientos destinados a cambiar el comportamiento se llaman «terapias» y son administradas a pacientes en centros terapéuticos.
Coincidimos con AYERBE ECHEBERRÍA (1991b), al considerar que el modelo médico produjo adelantos significativos en al intervención humanitaria en comparación con otras intervenciones derivadas de interpretaciones como las de: Posesión diabólica, perversión moral, etc. Sin embargo no tiene suficientemente en cuenta criterios interaccionistas en la fuente de la inadaptación, ese modelo infravalora los aspectos sociales, educativo, familiar, etc.
La consideración de los individuos como perturbados o no perturbados, normales o sanos, implica juicios de valor emitidos en función de variables sociales y culturales y de predisposiciones personales según la instrucción la experiencia personal y la orientación teórica de quien hace juicio.
El modelo médico de intervención con inadaptados sociales ignora el papel de las instituciones y estructuras sociales como posibles fuentes de la inadaptación, centrando el problema exclusivamente en el individuo.
Entre las implicaciones prácticas del modelo médico encontramos la hospitalización de los inadaptados sociales, apartándolos de su ambiente. Este modelo considera indispensable ser un modelo de tratamiento, cuyos apartados más importantes son:
- La estrategia frecuentemente empleada por este modelo es la psicoterapia.
- La categorización según el tipo de inadaptación.
- Con ello se corre el riesgo de ser clasificado definitivamente.
Modelo comunitario:
Esta perspectiva pretende que la inadaptación sea tratada mediante programas comunitarios y reserva el internamiento para casos de peligrosidad para la comunidad. Rechaza un planteamiento exclusivamente médico o clínico, la conducta delictiva no es un problema de terapia médica sino educativa. Cuando la persona ha interiorizado otras alternativas conductuales se facilita su plena reincorporación a la comunidad; el apoyo social es, por tanto, esencial.
Para esta perspectiva es preciso poner el acento en las estrategias preventivas en lugar de ceñirse a la reparación; lo ideal sería evitar que surgiesen actitudes y conductas antisociales o, al menos, evitar que se consoliden como pautas comportamentales del individuo.
Los procesos reeducativos deberán ser llevados a cabo por profesionales especializados que prepararán a aquellas personas que desempeñan un papel importante en el ambiente del individuo para que lo acompañen y ayuden en las actitudes y conductas prosociales.
La escuela de Chicago tuvo un papel importante en al aparición de los programas de tipo comunitario, sus investigadores comprobaron que existía una relación directa entre las condiciones existentes las comunidades locales las ciudades que estudiaron las diferentes tasas de delincuencia y criminalidad.
El modelo comunitario actúa en el ambiente natural del sujeto siguiendo un planteamiento puramente ecológico y enfatizando las relaciones entre personas y ambiente físico y social.
No existe una única propuesta que sea válida para todas las comunidades, sino que deben adaptarse a sus necesidades específicas.
Las acciones y programas comunitarios están estrechamente unidos a la idea de reintegración social. El delincuente es ubicado en la comunidad bajo supervisión; esta ubicación pasa por gran variedad de alternativas al internamiento en centros cerrados. De esta manera se pretende que una parte de la responsabilidad de la reinserción de el joven pase de los organismos dependientes de la administración de justicia (prisiones, centros de reforma cerrada) a los propios núcleos comunitarios primarios (familias, vecinos …) y secundarios (escuelas, servicios comunitarios…) por los hallazgos y aportaciones de otras personas.
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